Juan Antonio Samaranch se merece tener una calle en la ciudad de Barcelona.
17 de octubre de 1986. "À la ville de Barcelona". Con esta frase el Presidente del Comité Olímpico Internacional emocionó a toda España.
El entonces Alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall puso en marcha una importantísima renovación urbanística, que ha convertido a Barcelona en una ciudad con turismo durante todo el año. ¡Bravo Pasqual!
Yo hice el estilismo de esta portada, que encantó a Juan Antonio, a quien yo conocía desde mi niñez.
Su esposa, Bibis Salisachs, un puntal de la sociedad barcelonesa, y una mujer con una gran clase, fue una importante relaciones públicas para Samaranch. Una amiga que acudió a todos mis eventos.
Antes del 92, cuando yo estaba en Nueva York, muchos americanos creían que yo era italiano porque les decía que era de Barcelona. Las Olimpiadas nos pusieron en el mapa.
Samaranch-Maragall fue un binomio perfecto.
Me gusta esta foto de unas autoridades navegando contra marea, para llegar a un muy buen puerto: Barcelona 92. Porque anteriormente hubo 4 intentos fallidos: 1924, 1936, 1940 y 1972.
Igual que le ocurrió a Adolfo Suárez, a Maragall el Alzheimer le está borrando esos maravillosos recuerdos. Pero le dio tiempo para crear la Fundación Pasqual Maragall, para la investigación de esta patología.
En la Fundación tienen mi novela sobre esta terrible enfermedad.
El mismo día de su entierro comenté con Antonia Dell'Atte que hubiese sido justo que, ya en vida, el Marqués de Samaranch hubiese podido pasear por una calle con su nombre.
Encontré una camiseta diseñada en el 92 por Francis Montesinos.
El diseñador valenciano entrelazó la bandera de España con una corona de espinas, dando a enterder que conseguir las Olimpiadas debió ser un auténtico calvario.
LLamé a Juan Antonio Jr., miembro del Comité Olímpico Internacional, y le dije que yo estaba unas horas en Madrid, y que le dejaría la camiseta en la boutique de su esposa Cristina.
Aprovecho para poner unas fotos para que Juan Antonio Jr. las vea. Aquí estamos con su tia Isabel Salisachs y Massiel, en la fiesta de inauguración que organicé para el Bar-Bolera Boliche.
Años más tarde, con Sebastia Salvado, presidente del RACC.
Llevé la camiseta a la boutique ASPESI, en la calle Jorge Juan, 5. Y me pareció espectacular.
Me hubiese gustado darle en vida mi camiseta a Juan Antonio Samaranch, a quien España y, particularmente Barcelona, le deben una calle.
¿Serán tan mezquinos de no dedicarsela? La negativa les haría ganar las Olimpiadas de la Envidia y la Desidia Nacionales.
8 comentarios:
Carlos
En Barcelona hay una norma de no poner nombres de calles de personas hasta Haber transcurrido 5 años desde su muerte. EL PPC lo propuso y se rechazó por el pasado franquista de Samaranch: Muy mezquinos el PSC y CiU
Félix
Carlos,
Creo que ese señor no es Bernie Ecclestone. Es Sebastià Salvadó, presidente del RACC
Ffva: Lo importante es la magnífica obra no el pasado político. Un abrazo
Anónimo: tienes toda la razón! Gracias
Era un amante del deporte y no paro. Ni en tiempo de dictadura ni el democracia paro de trabajar por el deporte.
Y dejo el liston muy alto. Forma parte importante de la historia del olimpismo.
Un abrazo.
Joan
Tienes razón, se merece una calle importante; es mezquino que aún no se le haya reconocido todo el mérito que tiene; lo que él hizo por Barcelona no tiene parangón.
Por cierto Carlos, los americanos te confundían con un italiano, ¿no sería por el buen gusto que tienes para vestir? No me extrañaría nada, jaja.
Saludos cordiales
JOAN: Muchas gracias por el comentario. Un abrazo.
INÉS MIRAVILLES: Gracias por el piropo! Un abrazo.
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