sábado, 3 de noviembre de 2012

AFOROS PELIGROSOS. IMPOSIBLE BAILAR


Desde los tiempos más remotos el espacio ha sido algo imprescindible para ejecutar todo tipo de danzas.


Es imposible evolucionar donde no hay espacio.


El movimiento, en el baile, requiere que siempre haya espacio.


La danza clásica, el tango, el flamenco, el rock and roll, etc., todo tipo de baile requiere espacio.





Cuando el aforo en las discotecas era de máximo 500 personas, se llamaban boites (cajas, en francés). Como la famosísima boite Bocaccio, en  la gloriosa y vanguardista Barcelona de los años 60.


En el piso de arriba casi no se escuchaba la música. Era un punto de encuentro para que artistas, intelectuales de la llamada gauche divine, modelos y personajes de la sociedad, pudieran conversar y entablar amistad, tranquilamente.

En la foto, yo con 21 años, haciendo ver que fumo, estoy entre la  entonces mundialmente famosa cantante Françoise Hardy, la venezolana Mercedes Olavarría y el genial Salvador Dalí, que jugaba con un ocelote.

La noche, además de ser muy divertida, era culta y humana.


En 1967, Oriol Regás me contrató para organizar un viaje de Bocaccio, invitando a pasar un fin de semana, en Ibiza, a sus clientes más asiduos y divertidos.


En aquellos años hippies no había discotecas en Ibiza.


La fiesta de los amigos de Bocaccio tuvo lugar en Lola's.
Ana Mª Ibarra era la dueña de este pequeñísimo local, horadado en la roca, donde anteriormente yo había organizado la Fiesta de Blanco.
Entonces había espacio entre las personas y se podía bailar, incluso descalzo. ¡Qué tiempos maravillosos!


El concepto de discoteca dio un giro de 180 grados con la inauguración del espectacular Studio 54, en Nueva York.
El enorme espacio de un viejo teatro fue convertido en discoteca, con unos efectos especiales espectaculares y muy novedosos.


Steve Rubell fue su creador. Aquí está junto a Brooke Shields y Andy Warhol, que fue uno de los grandes promotores de Studio 54, un concepto de discoteca copiado en todo el mundo.


Yo era un asiduo de Studio 54, en mis tiempos neoyorkinos. Nunca en mi vida he visto, en una discoteca, una concentración de tantos personajes mundialmente famososos. Halston, el rey de la Moda neoyorkina, y Bianca Jagger apoyaron mucho a Studio 54.


Estaba de moda bailar en pareja y dar grandes vueltas. Liza Minelli, otra asidua y promotora de Studio 54, bailó con Mikhail Baryshnikov. Como puede apreciarse, hay mucho espacio en la pista.


En una fiesta que organizó la Maharaní de Jaipur, en Studio 54, la relaciones públicas, y gran amiga mía, Carmen D'Alessio, me sentó en la mesa junto al último mito del cine mudo: Gloria Swanson.


 En Studio 54 entrevisté y fotografié a Grace Jones.

  
No hubo forma de que se dejase quitar ese tan poco favorecedor jersey de rayas.


En 1973, Ricardo Urgell inauguró PACHA. Yo colaboré en la organización de esa noche de apertura en Ibiza. Entonces, los asiduos de Lola's, me decían: "No tendrá éxito porque hay que ir en coche". Era la Ibiza virgen, antes del derroche en cemento...


PACHA era un pequeño edificio de estilo ibicenco con una terraza, en la que yo estoy sentado con el famoso falsificador de cuadros impresionistas Elmyr D'Hory.

En la pista de baile nos conocíamos todos. Y se podía bailar sin aglomeraciones. Fue una época muy divertida. Pero no era un gran negocio.


Esa época gloriosa, e irrepetible, de los PACHA de Sitges, Ibiza y Madrid dieron pie a la creación del libro "El Baile", que hice con el fotógrafo Toni Riera. Ahora no se podría llamar "El Baile", porque ya nadie baila.




Luego apareció KU, otra discoteca-jardín con una gran piscina y un escenario. Entonces no había construcciones vecinas. Se podía bailar al aire libre. Los DJs, que aún no eran "dioses", no se pasaban con los decibelios, como ocurre en la actualidad. Y pinchaban buena música, compuesta y cantada por músicos



En KU, yo organicé una premonitoria fiesta ecológica: "El funeral por el Mediterráneo", que fue fantástica. Todos los invitados iban de luto. Yo, al son del Réquiem de Mozart,  y vestido de cardenal, encabezaba una procesión, alrededor de la piscina, que había llenado con plásticos y porquerías.

KU, ahora se llama Privilege, con un aforo para 12.000 personas.



Más adelante, y a petición de Gines Sánchez Rubio, organicé la fiesta inaugural de AMNESIA. Tuve que volar unos días antes a Nueva York para comprar discos.


Aquí estoy bailando en AMNESIA, totalmente entregado a la buenísima música que se escuchaba en las discotecas, antes del declive musical que comenzó en los años 90.  Se podía bailar descalzo, sin miedo a pisotones, y con suficiente espacio para poder extender los brazos en cruz.


 ¡Aquello era bailar!


Pero llegó el super negocio de las macro discotecas, y el absurdo éxito de masas del fenómeno DJ, absolutamente ligado a las drogas de diseño. 
Y se acabó el espacio, el bailar y la comunicación entre la gente. El ruido, debido al exceso de decibelios, es infernal. Por eso en la pista se intercambian whatsaaps y sms con los móviles.


¡Vivan los claustrofóbicos apretujones, las aglomeraciones y el peligroso exceso de aforos y decibelios, de los que los gobiernos hacen la vista gorda! 
Yo me moriría de angustia si me metiesen en el centro de una sala con miles de personas hacinadas a mi alrededor.



Bailar no está prohibido. Es que no hay espacio. Y la nueva generación de jóvenes ya no sabe lo que es bailar.


Solo pueden subir el brazo, o hacer fotos con el móvil, dando berridos de euforia etílica Y si entran unas cuantas personas más en la pista, ya no pueden bajar el brazo.


Otra opción es mover sin parar la cabeza, como esos perros de juguete, que algunos con mal gusto, ponen en la parte trasera de sus coches.

 
Estas aglomeraciones, con menores incluídos, se dan constantemente en muchos locales, donde no hay controles de aforo, ni de ningún tipo. 
Según la legalidad vigente lo correcto es 1 m2 para cada cuatro personas. Un absurso, pues un gordo ocupa mucho más de medio metro.



Yo hace años que repito la misma frase: "Basta un simple petardo para causar una avalancha mortal". Pero a mí ¿quién me hace caso?


Y es triste, pero acabo siempre teniendo razón. Ejemplo: El nefasto Concierto de Halloween, en Arena Madrid. 


¿Qué hay que tener en el cerebro para admirar, como a un dios, al DJ Steve Aoki, un personaje soez e impresentable? 
En el vídeo promocional de esta fiesta Aoki aparece pegando una zotaina en el culo a una chica. ¡Bravo! Así acabó la fiesta.


Resultado final: Cinco chicas muertas aplastadas. Y podría haber sido muchísimo peor.


Pasaron de moda el minuet, el vals, la polka, el rock and roll, el twist y muchos otras músicas y bailes.  Yo deseo que pase de moda este fenómeno de masas de los DJ archimillonarios, y su pésima calidad musical, creada en ordenadores. 
Pero será difícil, porque da pingües beneficios, sobre todo los colaterales...


Políticos: Espabilad con este tema candente, porque parece que estais sentados en el "banco malo", sin modificar las leyes del ocio nocturno, hasta el día en que ocurra una masacre, y llegue el momento del famoso "rescate", pero a base de muchas ambulancias. Se os pedirán responsabilidades. Y podrían rodar cabezas.



(Foto del final de fiesta en Arena Madrid).

25 comentarios:

Ignacio montenegro dijo...

Asi es Carlos, ya solo es posible bailar en fiestas o eventos privados; pero efectivamente lo mas grave es lo que ha sucedido aqui estos dias y que es solo un aviso de lo que podria llegar a pasar si no se hace algo al respecto; una verdadera pena.

Carlos Martorell dijo...

IGNACIO MONTENEGRO: Las medidas se toman después de las desgracias!!! Un abrazo.

Jose dijo...

Qué magnífico post, qué bien resume la realidad de la noche…. Estoy totalmente de acuerdo y, de hecho, hace muchos años que digo que es absurdo salir por las noches como se sale hoy en día, porque la diversión consiste en estar al lado de gente con la que no puedes hablar por lo alta que está la música, mientras eres espachurrado por la multitud y pagas muchísimo dinero por bebidas de poquísima calidad. Así que prefiero quedar a comer o cenar, y luego retirarme… y dejar la sesión de “superdirversión” a otros.

¿Cómo sería el mundo de la noche e Ibiza si alguien hiciese caso a este post? Pues no me cabe ninguna duda: mejor… muchísimo mejor.

Tengo que decir algo que puede sonar a peloteo, pero no lo es, y lo tengo que decir: en España hacen falta muchos Carlos Martorell… ¡qué lástima que solo haya uno!

Jose dijo...

Justo después de colgar mi anterior comentario he leído un artículo de Luis del Pino en el que habla de un libro llamado “El señor de las moscas”, y que me parece que viene muy al hilo de uno de los comentarios que haces. Dice el artículo:

“El título de la novela proviene del ídolo al que los niños comienzan a adorar, que está formado por una cabeza de cerdo ensartada en una estaca. Las moscas cubren la cabeza putrefacta, de donde proviene el nombre de "El señor de las moscas" con que bautizan al ídolo.

Uno de esos elementos simbólicos es, precisamente, la imagen del señor de las moscas. En cierto modo, cabría decir que esa cabeza de cerdo colgada de un palo representa la idea de que los grupos humanos no son mejores que los ídolos a los que veneran. Son éstos los que dan la medida de los componentes de una sociedad.

Como decía al principio, las sociedades, los grupos humanos, los partidos... se retratan de manera extraordinaria mediante los ídolos que veneran….”

Y tú en tu post dices: “¿Qué hay que tener en el cerebro para admirar, como a un dios, al DJ Steve Aoki, un personaje soez e impresentable?”

Pues bien, me parece que, recogiendo los comentarios de Luis del Pino y tuyos, nuestra sociedad se retrata en sus ídolos: unos jóvenes que tienen como ídolo al tal Aoki, ¿cómo pueden ser? Pues como son los jóvenes actuales… lamentablemente.

Y como leí que decías en algún sitio, a nuestros jóvenes les están engañando, poniéndoles modelos a seguir que son lo contrario de lo que deberían ser. Esperemos que esto cambie y que dentro de poco nuestros jóvenes tengan como ídolos a gente que no azote a chicas en sus videos promocionales.

Folk dijo...

Nunca he entendido ese concepto de "fiesta" que se basa en : cuantas mas gente haya mas guai es la fiesta...muchas veces se ven sitios muy llenos de personas y otros casi vacios...e igual en ese que está casi vacio ponen mejor musica y se puede hablar mientras tomas algo...

no le veo ninguna diversion a esas macrofiestas en que suena constantemente un "chumba-chumba", para eso siempre será mejor un bar musical en donde se pueda escuchar a Jim Morrison

Saludos

Carlos Martorell dijo...

JOSE: Muchas gracias, pero a los Carlos Martorell no nos hacen caso las autoridades. Un abrazo.

Carlos Martorell dijo...

JOSE: Hace muchos años leí "The Lord of the Flies", de William Golding, Premio Nobel. Un abrazo.

Carlos Martorell dijo...

FOLK: El inculto es gregario y se siente seguro, paradójicamente, entre multitudes. Un abrazo.

Carlos Martorell dijo...

JANETH TENORIO GÓMEZ: Es todo una hipocresía e intereses creados. Alcohol y mucha droga. El opio del pueblo: Botellón, colocón, futbol y prensa del corazón. Así nos va. Un abrazo.

Unknown dijo...

Hola Carlos , leyendo este post se diría que pertenece al clan MacLeod de la saga de Los Inmortales.... .
Se ha perdido por completo el glamour. Qué lástima aquellos locales con suelos y barandillas de madera , donde era posible escuchar desde el Love is in the Air ( John Paul John)hasta Juliet (Robin Gibb).

Magnífico blog. Un saludo desde Asturias.

Merche Pallarés dijo...

Querido Carlos, como siempre has dado en el clavo... ¡Lo bien que lo pasábamos en Pachá y en el KU de los '70! hasta que la moda se desbordó para terminar en estas macro discos donde no cabe ni un alfiler. Al enterarme de la desgracia del Madrid Arena me vino a la mente la imagen de las abarrotadas discotecas ibicencas y ¡suerte! de que no haya ocurrido ninguna desgracia... Estos últimos años fui a alguna "Flower Power" de Pachá (organizada por ti) pero iba a las 24:00 para poder bailar a gusto. A eso de las 02:00 cuando se llenaba a conciencia y no te podías mover, me marchaba. En fin, que todo cambia... Besotes, M.

Carlos Martorell dijo...

CARLOS VALLINA: Tosa mis fiestas privadas empiezan con Love is in the air. Un abrazo.

Carlos Martorell dijo...

MERCHE PALLARÉS: Yo solo hago la Flower de agosto. Entrada y zona VIP privada sin agobios. El agobio lo montan ellos en la pista central. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Amigo Carlos
Siempre tan creativo, conciso y bien documentado
Tienes toda la razón.
Un saludo

Carlos Martorell dijo...

ANONIMO: Muchas gracias!

Alfredo.B dijo...

Grandísimo artículo de Carlos Martorell.
Lo dice alguien con la experiencia de lo vivido, no de lo contado.
Me he quedado pensativo, reflexionando. ¿Hcia dónde vamos?

Un cordial saludo. Alfredo B.

Carlos Martorell dijo...

ALFREDO B: Nos estamos yendo al carajo.(Con perdón).Muchas gracias y un abrazo.

SOL dijo...

Es una verdad aplastante lo que publicas Carlos, a mis 57 lo veo tal cual lo describes, hasta que no pase una desgracia en plan masacre no cambiarán las cosas.
Qué fotos! qué lujo leerte, graciass
Besossss!

Carlos Martorell dijo...

SOL: Soy yo el que te agradece que me leas. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Llevo tiempo siguiendo este blog, y realmente es muy agradable leerte.

Gracias.

Carlos Martorell dijo...

ANONIMO: Muchas gracias!!! Un abrazo.

Laurita dijo...

Carlos! jamás en mi vida he ido a una macrofiesta de estas de 12000 personas y mi razón es muy simple, me dan miedo, me agobio muchísimo en espacios tan pequeños. Lo que para muchos es una diversión para mi es absurdo, me da exactamente igual pasar mi verano en Ibiza y no ir a ninguna de estas discotecas. Sería feliz e iría encantada si tuviera espacio y seguridad para poder bailar tranquila. Que pena...la avaricia rompe el saco. Un beso enorme!

Carlos Martorell dijo...

LAURITA: Una generación que disfruta con el horror masivo, gracias al botellón y al drogón. Un abrazo.

Merce dijo...

Lo del perro es genial.

Me gusta la foto que sales con Elmyr D'Hory. Desde que ví la película F for Fake me cayó simpático este señor.

Carlos Martorell dijo...

MERCE: Elmyr era muy simpático y muy divertido. Yo asistí a ese rodaje de Fake. Cliford Irving, el escritor, fue mi vecino en Ibiza. Un abrazo.