domingo, 19 de octubre de 2008

UN CLUB SOCIAL PARA QUIENES RENUNCIAN A LA PATERNIDAD

Desde 1984, en Vancouver, Canadá, existe “No Kidding”, un club social para cualquier persona adulta, casada o soltera, que haya decidido, por la razón que sea, no tener hijos.



Su fundador, tras mucha reflexión y estar casado más de una vez, decidió hacerse la vasectomía con tan solo 34 años.

La cuota anual de socio es de 48 $ al año, y en el club se realizan, cada mes, distintas actividades sociales, culturales y lúdicas, en las que se habla de todo menos de niños. Hay socios en el mundo entero, y están conectados por Internet. Y creo que ya empieza a haber sucursales de este singular club.

Entre los socios de “No Kidding” se encuentra gente con gustos muy diversos. A unos les encantan los niños, a otros les son indiferentes, y otros no los soportan. Lo mismo sucede con los animales domésticos. Te pueden encantar los animales pero, por diversas razones, no quieres tenerlos en casa.

Como en todo, hay épocas de vacas gordas y épocas de vacas flacas. Los años 50, 60 y 70, excepto en los paupérrimos países del tercer mundo, fueron años de vacas gordas para la procreación. Franco premiaba entonces a las familias numerosas. Ahora estamos en plena crisis económica y moral. Se han perdido los valores más fundamentales y la educación es nefasta en la gran mayoría de familias y colegios.


Y, en consecuencia, creo que ha llegado el momento de montar, en España, una sucursal del club “No Kidding”, que yo presidiría encantado. Pues en España ya hay 800.000 parejas que no quieren descendencia. Una decisión drástica que ha crecido un 75% en los últimos 5 años, en gran parte debida a motivos económicos.

El estudio de recientes estadísticas espantosas, y mi premonitoria visión del mundo, que se anticipa siempre muchos años, me han llevado a la conclusión de que, éste, no es un buen momento para procrear. Conclusión ratificada por una conferencia de sabios, psicólogos y sociólogos de todo el mundo, que afirman que las personas que, hoy en día, acumulan más momentos de felicidad en sus vidas son personas sin descendencia o que viven solas.

Antes de exponer las escalofriantes estadísticas, te sugiero querido lector que te tomes una tila, junto con un Valium . Y que no creas que no pienso que hay niños adorables, inteligentes y bien educados, aunque hay que reconocer que son una minoría. Y pongo como ejemplo a estos dos, a cuyos padres felicito efusívamente:


Él se llama Niger y es un buen pianista. He escuchado una grabación en que Niger acompaña perfectamente al piano a Montsita Martí Caballé, cantando un aria. Africa, su hermana mayor, es una experta cuentacuentos intelectuales, y una futura gran actriz. Ambos son muy inteligentes y super educados, y me dejaron boquiabierto con sus precoces virtuosísmos.

Pero sigamos: El 20 % de los menores está en riesgo de desarrollar una mala salud mental. Y la Organización Mundial de la Salud advierte que, en el año 2020, estos trastornos se elevarán un 50%. Y ojo al dato: La Sanidad Pública no cubre aún estas patologías.

El 27% de la población infantil es obesa o tiene sobrepeso. España es el tercer país con más obesidad, después de Estados Unidos y Gran Bretaña. A partir de los 4 años el niño solo come lo que le da la gana. Paradójicamente hay mil millones de personas hambrientas en nuestro planeta.

El suicidio se ha convertido en la tercera causa de muerte entre menores de 10 a 14 años. La ansiedad, la depresión y la alteración del comportamiento son los trastornos más comunes.

Muchos niños son víctimas del “Kramer contra Kramer”, y son convertidos en armas arrojadizas por sus progenitores que se odian a muerte, y que llegan incluso a matarlos, para vengarse de sus parejas.

Las primeras sílabas que pronuncian en la cuna, esos “malcriados reyes de la casa”, ya no son: mamamama. Ya dicen directamente: “No quiero”. Acompañando esta rotunda negación, cuando ya pueden andar, con una certera patada en la espinilla.

El niño ha dejado de ser el esclavo de sus padres, para convertirse en el tirano de sus padres, como les define Javier Urra, Defensor del Menor. Debido a que la familia no ha sabido educarle. El padre, erróneamente, se ha convertido en el “coleguilla” del nene, o de la caprichosa princesita de la casa, y ya no ejerce la más mínima autoridad sobre sus hijos.


Yo tiemblo cada vez que, en un vuelo, coincido con pasajeros con niños. Y no soporto verlos corretear, llorar, gritar o hacer pataletas por los pasillos de los hospitales, salas de espera, o restaurantes, ante la mirada impertérrita de sus irresponsables padres, de esta generación del “todo vale”


El estrés, las neurosis, la mala alimentación y el consumo de alcohol, tabaco y drogas por parte de los padres son, en gran manera, los causantes de engendrar niños enfermizos, desequilibrados o hiperactívos.


Este año se han puesto más de 5.000 denuncias de agresiones y malos tratos de hijos a padres. Y, en contra partida, están las constantes agresiones a bebés y niños, por parte de sus energúmenos progenitores y cuidadores. Cada dos por tres encuentran recién nacidos tirados en contenedores. Este año se superan ya los 50 casos.


Hay madres más piadosas. Este año se han entregado unos 700 niños en hospitales y otros centros. La Agencia de Salud Pública de Barcelona concluye que, en esta ciudad, el 42% de los embarazos no son buscados, por lo que una de cada cuatro mujeres embarazadas aborta.


La pedofilia y la pederastia están a la orden del día. Estos degenerados son personas cada vez más jóvenes. Hay parientes muy próximos, policías, profesores, médicos, curas, e incluso ya se dan casos de mujeres pedofilas. Los padres no se pueden fiar ni de sus propios familiares, ni de los canguros, ni de casi nadie. Este año ha habido más de 500 detenciones por esta causa enfermiza .



La frase de Jesús : "Dejad que los niños se acerquen a mí", hoy slogan del pederasta, se ha convertido en políticamente incorrecta.

Muchos niños han sido concebidos delante de un televisor, y dejados, durante horas en la cuna junto al televisor, desde sus primeros días. Yo les llamo "hijos de la generación pantalla".



Lo que les convierte en hiperconsumistas. Desde muy pequeños quieren teléfono móvil, ordenador, MP4 y playstation.Y ya no dicen: “Tengo hambre”, dicen: “Quiero un Bollicao, una hamburguesa de McDonald's”, etc. Porque saben que cada vez que exigen algo, sus padres se lo darán inmediatamente, con tal de que dejen de chillar o tengan una rabieta.


Estos niños no saben lo que es un “No”. Son intransigentes, y no tienen en cuenta la situación económica de sus padres. Quieren todo y ahora. Se trata de un comportamiento cimentado en el consumo desaforado, transmitido por sus padres y la televisión. Antes se consumía por necesidad, ahora se consume por capricho y por placer. Y ya no se ponen límites.


El consumo de drogas, incluso las duras como el éxtasis o la cocaína, comienza a la edad de 12 o 13 años. Los consumidores se convierten en seres violentos que agreden a sus profesores y compañeros de colegio, para divertirse y grabar las palizas en sus teléfonos móviles, como una lúdica heroicidad.


Muchas fiscalías denuncian el aumento alarmante de delitos de violencia perpetrados por menores, que se saben impunes y protegidos por unas leyes obsoletas.

Cada vez hay más casos de abandono escolar, y es una generación inculta y cateta, si pensamos en los medios tecnológicos de los que disponen estos niños.

Solo en Cataluña, este año, hay más de 100.000 jóvenes que no estudian, ni trabajan, ni quieren hacer nada de nada. Es un caldo de cultivo para la delincuencia. Y ya se denuncian abusos sexuales entre menores, en los institutos.


Ya no hay romanticismo. El tan imprescindible preservativo tiene, desgraciadamente, parte de culpa. “Te quiero, pero ponte el condón, que igual me infectas”. A esta generación le ha tocado comerse el caramelo con papel.



Tener hijos no es una obligación social. Es una decisión libre y privada. El negarse a la paternidad, para unos, es puro egoísmo, para otros es sensatez, debido al panorama descrito en estas líneas. Por lo que hay que respetar a quien cree que éste no es un buen momento para traer niños al mundo. Y, aunque suene utópico, habría que tener licencia para procrear. Como se exige a quien quiere tener una deteminada raza de perros. No todo el mundo está capacitado para la paternidad, y pagan el pato sus inocentes criaturas.

Hay quien no está en absoluto de acuerdo y me replica por este artículo, diciendo: “De ese modo desparecería el género humano y el mundo se acabaría”. Yo, en mi primera novela “Réquiem por Peter Pan”, publicada en 1996, ponía en boca de uno de los protagonistas: “ Desaparecieron los dinosaurios y al mundo no le pasó nada”.


Fotos: Carlos Martorell. Y via Flickr: ecstaticist, Gilberto Gomez, Chesi-fotos CC, devilgrl6six6, Amelee S, Willem Velthoven, Yo estare a un millon de años luz, matusalen/slr, habacuc_1988, barbaita.itaita, photorand, ppbaby888, .

9 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Tienes razón querido Carlos, excepto algunas excepciones maravillosas como esos dos niños, Niger y Africa, desgraciadamente muchos son abandonados a su suerte y se convierten en pequeños monstruitos. Un dia que estaba comiendo con Sandy en un restaurante, había un niño repelente que no se despegaba de nuestra mesa, haciendo ruidos e interrumpiendo nuestra conversación, sus padres estaban en la mesa delante de la nuestra y les dije que por favor llamaran a su hijo que nos estaba molestando, me contestaron en inglés que el niño era "libre" ésto, por supuesto, me sulfuró y les contesté que su pequeño monstruito estaba invadiando "nuestra" libertad y que si le seguían educando así sería un peligro para ellos y para la sociedad en un futuro no muy lejano. Me contestaron de que no sabía de lo que estaba hablando. Mientras el "mico" seguía haciendo de las suyas... pagamos y nos fuimos. Besotes, M.

Carlos Martorell dijo...

Eso que dices me ocurre cada dos por tres.
Un abrazo.
Carlos.

Ana Mancheño dijo...

Hola Carlos
Tal vez la solución no sea no tener hijos, sino educarlos con los valores suficientes para que cambien las cosas.
Deberías conocer a los mios... Mi hijo de 14 años es una máquina con las matemáticas, responsable y muy sensible, y mi hija de 17 años, canta, pinta y escribe maravillosamente y se está enfrentando a la recuperación de un accidente que le provocó quemaduras de 2 y 3er grado en el 40% de su cuerpo, con una fuerza y una dignidad que asombra a todos los que la conocen.
Mi preocupación siempre fué, no los niños que eran, sino los adultos en que se convertirían y en eso he trabajado intensamente toda su infancia. Es cierto que en innumerables ocasiones he puesto sus necesidades por delante de las mias, y que eso cuesta mucho trabajo, pero el orgullo que siento al ver la clase de personas en que se están convirtiendo, paga con creces cualquier sacrificio.
Tal vez lo que pasa, es que vivimos en una sociedad muy poco paciente y nadie tiene la paciencia de invertir en sacrificios, para recoger algún día, el fruto de su esfuerzo.
Yo lo hice, tomé una decisión y fui consecuente y creo que el mundo es un sitio mejor, por que mis hijos están en el...
Un abrazo
Ana

Anónimo dijo...

Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro.
- John Fitzgerald Kennedy

tío carlos, me parece que tu opinión sólo ve lo negativo de las generaciones venideras. hay de todo en la viña del señor y hay de todo en cada una de las generaciones. no todos los empresarios son de derechas ni todos los policías son corruptos, así como no todos los niños que vienen están destinados a ser unos gilipollas, con sobrepeso y ipod. la solución no es dejar de tenerlos, porque NECESITAMOS a los niños. bendita sea su espontaneidad y curiosidad, dos atributos que perdemos al crecer... el punto medio entre la vasectomía y el tenerlos como conejos (véase opus dei) sería educar a los educadores para que los niños crezcan sobre una base de valores actualizada.

tu sobrino que adora a los niños y que sin embargo no sabe si se podrá permitir alguno...

yago

Carlos Martorell dijo...

Yago, no me mal interpretes. No digo que no me gusten todos los niños. Hablo de los mal educados, y digo, y eso es indiscutible, que no es éste el mejor momento para traerlos al mundo. Lo que no quiere decir que no deben nacer.

Anónimo dijo...

En este artículo expones muy bien los males que tienen tantos padres como hijos.Que tal si expones en otro artículo los posibles remedios para que las futuras generaciones no sean tan destructivas??

Carlos Martorell dijo...

Ana, me alegra oir que tienes hijos equilibrados y bien educados.

Carlos Martorell dijo...

Para Anónimo:
Lo primero que habría que hacer es una censura inteligente en los medios informativos, y especialmente en la televisión. Ponerle un tupido filtro a la vulgaridad y a la violencia gratuita. Pero desgraciadamente censurar con inteligencia resulta impopular.

Anónimo dijo...

Los niños nacen puros, somos nosotros los monstruitos que los condicionamos.

Hoy no es el mejor niño el mejor formado si no el que es amoroso y respetuoso con los demás.

Luchar por que vuestros hijos sean buenas personas y la bendiciones recaeran en su futuro.

Y que los niños y ancianos gobiernen el mundo venidero...

Que mejor fiesta que aquella que esta llena de niños.