martes, 22 de enero de 2013

ACTORES EN MI MEMORIA


El 20 de enero, de hace ahora 20 años, falleció en Suiza Audrey Kathleen Ruston, actriz mundialmente conocida como Audrey Hepburn.


En su adolescencia, en Holanda, tomó lecciones de ballet con la profesora Sonia Gaskell. Tras abandonar esa incipiente carrera de bailarina, Audrey se dedicó al teatro y al cine.


Su primera actuación importante fue en 1951, interpretando el papel de Gigi, en la obra de la escritora francesa Colette, en el Fulton Theatre de Broadway, Nueva York.


Su elegancia y porte aristocrático le venían de familia.


Su madre, holandesa de nacimiento, fue la Baronesa Ella Van Heemstra.


En 1953 rodó, junto a Gregory Peck, la película "Vacaciones en Roma" (Roman holiday).



 Tras ganar el Oscar, en 1954, Audrey Hepburn saltó a la fama mundial.


Rodó muchas películas, siempre impecablemente vestida por Givenchy. Se convirtió en paradígma de la elegancia con su actuación en "Desayuno con diamantes" (Breakfast at Tiffany's). 



Yo he intentado emular esa imágen de elegancia, en un par de eventos que organicé para la joyería TIFFANY, vistiéndo a modelos para presentar las joyas entre los invitados.  
Esta foto se tomó durante la inauguración de la joyería de Barcelona.


Esta otra modelo, al estilo Audrey, desfiló por los salones de la residencia del embajador de los Estados Unidos, en Madrid, en otro evento que organicé para TIFFANY.


La imágen más triunfal de la carrera de esta bellísima actriz pertenece a "Una cara con ángel" (Funny face)
La escena se filmó  en la escalera del Museo del Louvre, en Paris, frente a la escultura La victoria de Samotracia, atribuída a Pithokritos.


No tuve la suerte de conocer personalmente a Audrey Hepburn, pero sí conocí a su hijo Luca Dotti, que tuvo con su segundo marido Andrea Dotti. Hace unos años me presentaron a Luca en un yate en Formentera.


Tampoco conocí personalmente al recién fallecido actor Fernando Guillén. Pero sí conozco bien a su hija Cayetana.


El actor, de 80 años, falleció tres días antes del 20 aniversario de la muerte de Audrey Hepburn.


Estuvo casado con la actriz Gemma Cuervo, con quien tuvo tres hijos: Fernando, Cayetana y Natalia.


Tras dejar sus estudios de Derecho, en 1952, Fernando Guillén,  comenzó su carrera de interpretación, convirtiéndose en un exitoso actor de teatro, cine, televisión y doblaje, por lo que fue premiado en muchísimas ocasiones.


Entre sus múltiples interpretaciones le recuerdo en "La saga de los Rius", en TVE año 1976.


Recuerdo también su participación en dos películas de Almodovar: "Mujeres al borde de un ataque de nervios", y "Todo sobre mi madre".



Como soy un cinéfilo me gusta mucho el programa "Días de cine", que presenta Cayetana Guillén Cuervo en televisión. 
A Cayetana suelo verla durante la temporada de verano en Ibiza.


La simpática actriz y presentadora suele asistir a todos los eventos que organizo en la isla, como este para la joyería Chopard.



No puedo acabar este post sin mencionar a su adorable e inseparable marido, el fotógrafo Ommar Ayyashi, con quien hablé para que transmitiese mi pésame a toda la familia.

jueves, 10 de enero de 2013

VIVIR DENTRO DE UN CUADRO ANTIGUO




El director polaco Lech Majewski ha conseguido que su película "El molino y la cruz" sea fascinante, a la par que lenta y aburrida. Yo la recominedo porque es una experiencia distinta, y porque visualmente es impecable.


Pieter Brueghel, el Viejo, pintó "El camino del calvario" en el año 1564. Este cuadro representa la pasión de Cristo, pero trasladada en el tiempo al siglo XVI, y ubicada en una enorme pradera de Flandes.


El actor Rutger Hauer interpreta a Brueghel, pintando ese cuadro.


Un molino, en lo más alto de un montículo rocoso, preside la pradera, en la que los personajes del cuadro van tomando vida. 

En el ángulo derecho, Brueghel enseña sus bocetos al famoso coleccionista de arte Nicholaes Jonghelink, que fue amigo personal del pintor.


Chalotte Rampling interpreta a la Virgen Maria. Y Michael York interpreta al coleccionista de arte. En el centro, Rutger Hauer.


El coleccionista Nicholaes Jonghelinck se queja de la sangrienta ocupación española en Flandes. Son tiempos de la horripilante Inquisición y el Santo Oficio, que imponían las creencias católicas con tortura y muerte.


Esta imágen no pertenece a la película. Pero en una de las escenas, los soldados españoles apalean a un hereje, lo atan a una rueda, y colocan la rueda en lo alto de un largo poste, para que los cuervos devoren el cuerpo. Este artilugio puede verse en el lado derecho del cuadro.


La quejumbrosa voz de la Virgen Maria, contemplando a su hijo crucificado, solo se escucha en off.


Es impresionante el engranaje de madrera del interior del molino.


Montados a caballo, y vistiéndo uniformes de terciopelo, de un vivo color rojo, los soldados del imperio español torturan y matan, con mucha crueldad, a los herejes de los Países Bajos.


El casting, vestuario, atrezzo, paisajes y animales domésticos, como este caballo percherón, reflejan la época con impresionante perfección, como yo no había visto nunca antes en una película.


Majewski tuvo que hacer fabricar tintes de colores especiales, para que fuesen idénticos a los de las ropas que aparecen en el cuadro de Brueghel.


Todos los detalles están cuidados magistralmente.


Casi no hay diálogos en esta película hipnótica, que te hace creer que estás sentado en la sala de un museo, contemplando una colección de cuadros flamencos.


La cámara entra en la casa del pintor, y capta la intimidad familiar, que  Lech Majewski inventa, porque esa casa no aparece en el cuadro "El camino del calvario".


Hay escenas mudas que me recordaron a otros cuadros del también holandés JohannesVermeer.


Ver "El molino y la cruz" es la alucinante experiencia de revivir una época, con absoluta autenticidad.


Anteriormente, pero con menos perfección y sutileza, el director Peter Greenaway dió también vida a un cuadro holandés.


El cuadro es "La ronda de noche", de Rembrandt.


En esta película, un actor interpreta a Rembrandt, que fue el maestro del barroco, y el más importante pintor holandés.

Por desgracia, este es un cine para minorías. Pienso que la película durará poco tiempo en cartelera. 

Yo recomiendo "El molino y la cruz", porque aburrirse y fascinarse a la vez, es algo paradójico y fuera de lo corriente.


sábado, 5 de enero de 2013

2013 DEL LUJO A LA MISERIA


Una amiga, asidua a visitas y a compras en mercadillos, me llevó a los Encants Vells, en la Plaza de las Glories de Barcelona.


Todavía no creo lo que vieron mis ojos. 


Me pareció estar en un zoco árabe muy pobre, ya que los gitanos que vendían allí, desde siempre, han desaparecido prácticamente, y han sido sustituídos por magrebíes.


Mucha gente que solía pasear y comprar en centros comerciales,  tendrá que acabar comprando en mercadillos, como los Encants Vells, en este año 2013.


Quiero mostrar los contrastes con las fotos que hice allí


Muchas tiendas de artículos electrónicos han cerrado en el 2012.


Esos productos se encuentran ahora en mercadillos.


Las tiendas de ropa nupcial venden los vestidos de novia perfectamente expuestos, y a precios muy caros.


En los Encants Vells se venden vestidos de novia, arrugados, apelmazados y amontonados, por solo 20 €.


En muchas tiendas, que ya han cerrado, se exponían los productos en perfecto orden.


Aquí el desorden es espectacular. Casi artístico. Esta pirámide de hormas, por ejemplo, podría venderse carísima, como una instalación en la Feria Internacional Arco de Madrid.


Muchas personas ya no podrán permitirse comprar pieles.


En este mercadillo se venden todo tipo de pieles. Regateando te puedes llevar una verdadera ganga.

El regateo en los mercadillos es imprescindible. Si te piden 50 €., tú contestas: ¡10! Y acabas pagando 30. "Ni pa tí ni pa mí".

En fin de año se vende mucha lencería fina en color rojo. Una curiosa superstición...


Los supersticiosos del rojo de fin de año pueden encontrar esas prendas revueltas junto a biblias, relojes, viejos teléfonos y otros trastos.


En cualquier ferretería es fácil encontrar lo que buscas. Y los precios están a la vista.


En esta "ferretería", instalada sobre el asfalto, es difícil encontrar lo que buscas. Y el precio, para el vendedor, dependerá de la cara y el aspecto que tenga el comprador.


Cuando la gente no pueda permitirse comprar calzado de marca, tendrá que ir al mercadillo.


Aquí se venden zapatos, nuevos o usados, de todos los estilos.


El tema mercería es mucho más complicado.


Todo está revuelto y tirado por el suelo. No entiendo ni cómo se aclara el moro que vende en ese puesto.


Si te interesan las antigüedades y ya no te las puedes permitir, también puedes encontrarlas en este mercadillo.


Las antigüedades están un poco destartaladas, oxidadas y abolladas, pero los precios son muy asequibles. Y siempre está el regateo.


Los puestos que más me gustan son los super caóticos, que venden una mezcla que va desde unas bragas, a un marco de fotos, un cubo para fregar, o un juguete roto. 


El orden en los Encants Vells no existe.


Por eso los Encants Vells tienen tanto "encant". 


A este mercadillo solo le falta un bar-coctelería low cost.