Javier Godó me invitó a la segunda edición de los Premios Vanguardia.
El evento tuvo lugar en el Palau de Congressos de Catalunya.La noche comenzó con una divertida coreografía.
Ejerció de presentadora la periodista Helena García-Melero. Javier Godó, Conde de Godó, dijo las primeras palabras de bienvenida.
Seguidamente tomó la palabra Jaume Collboni, alcalde de Barcelona.
Y después Salvador Illa, presidente de la Generalitat de Catalunya.Audrey Azoulay, Premio Sostenibilidad. Gabriel Escarrer, Premio Empresario del año. Mateo Valero, Premio Innovación y Ciencia. Pau Relat, Premio Impulso Ciudades. Eduardo Mendoza, Premio Cultura. Joan Oró, Premio In memoriam. Y Yuliana Naválnaya, Premio Internacional.
El presidente Pedro Sánchez entregó el premio a la opositora rusa Yuliana Naválnaya. Su marido el lider opositor ruso Alexéi Navalni falleció en una cárcel rusa, y en circunstancias no aclaradas.
La entrega terminó con unas palabras del presidente Sánchez.
Seguidamente nos ofrecieron un copioso cóctel-cena. Y pude saludar a muchos amigos y conocidos, y a importantes empresarios y políticos.El único premiado a quien conocía personalmente era el escritor Eduardo Mendoza. Y me gustó mucho saludar a Yuliana Naválnaya, opositora de Putin. Antes de irme me acerqué a saludar, y a dar las gracias, a los Condes de Godó. Javier y yo fuimos al mismo colegio.Entre los muchos invitados saludé a empresarios para quienes organicé eventos en Barcelona e Ibiza, como Ramón Bordas, empresario que domina la noche barcelonesa, el joyero Jordi Rabat, y el CEO de Mango, Jordi Ruiz, en representación de Isak Andic. Esa misma noche, Paloma Picasso organizó un evento en el Museo Picasso.Nos veíamos mucho en Nueva York y en París, a final de los años 70. La entrevisté y la retraté. Y le hice llegar los artículos que publiqué en Lecturas, La Vanguardia, Diagonal y otras revistas. Me dijo que era el mejor retrato que le habían hecho.
Seguidamente nos ofrecieron un copioso cóctel-cena. Y pude saludar a muchos amigos y conocidos, y a importantes empresarios y políticos.
Nos veíamos mucho en Nueva York y en París, a final de los años 70. La entrevisté y la retraté. Y le hice llegar los artículos que publiqué en Lecturas, La Vanguardia, Diagonal y otras revistas. Me dijo que era el mejor retrato que le habían hecho.
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