Esta lamentable visión me dio la idea de ofrecerme como socorrista de playa.
Solo estuve allí media hora, porque comprendí que no tendría la suficiente fuerza para salvar los cuerpos de aquellos opulentos turistas que abarrotaban la playa.
Tampoco me sentía capaz de hacer el boca a boca a esos obesos turistas de la tercera edad.
Nunca en mi vida había visto una horrible concentración de grasa mórbida como en esta playa. Parecía un ejercito de obesos.
Me vino a la mente el retrato de Daniel Lambert, que llegó a pesar 335 kilos.
Me marché de Benidorm pensando en mi querida Ibiza.
En Ibiza el turismo es muy pasota, pero está en muy buena forma.
2 comentarios:
Soy seguidor de su blog y esta entrada, es sin duda, la mas soberbia y clasista que leí jamas. Disfrute de su verano en Ibiza Sr. Martorell
ANONIMO: Mi post no es en absoluto clasista. Estas son personas extranjeras de vacaciones en España. Uno de los obesos es un árabe riquísimo. Y el Sr. Lambert, del cuadro, era de la alta burguesía francesa. Es una llamada al orden por los excesos que llevan a esos estados. Está claro que bebidas y atracones no faltan a esa gente.
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