Como Rui es un coleccionista de arte, la pimera fiesta tuvo lugar en el estudio del pintor Antonio Villanueva.
Debido a mi accidente no pude conducir. Álvaro González y Eva Moro me llevaron en su coche a la cena.
Así interpretó Álvaro de Marichalar el dress code Gala, en Ibiza.
Entre los cien invitados, a esta primera cena de gastronomía mejicana, había personas de muy distintas nacionalidades, llegadas de varios países.
Ana de Sousa, hija de Rui, y su novio William Dial.
Yo cené sentado junto a Alejandra Martinez, hija de Sofía, la segunda esposa de Rui, en la foto con Álvaro de Marichalar.
Beethoven, que decoraba la mesa, parecía no entender como funciona el salero de Sal de Ibiza.
La segunda fiesta, al día siguiente, tuvo lugar en casa de los De Sousa, que tiene una vista espectacular.
Rui con Rossetta Montenegro.
Sofía, con el arquitecto Álvaro González.
Uno de los invitados, en el interior de la casa, parecía desesperado. Yo intenté consolarle, pero no lo conseguí.
Entonces probó suerte Rossetta Montenegro, pero tampoco funcionó.
Le susurré al oido que había waiting list de invitadas que se ofrecían a abrazarle.
Imma González, Roberta Jurado y Leticia Eguilior, que encabezaban la lista de espera, le animaron diciéndole que, al día siguiente, la tercera fiesta tendría lugar en la isla de Formentera. Y que unos buenos baños de mar le animarían.
El yate Mariposas, de Rui de Sousa, y varias lanchas llevaron a los invitados a Fomentera.
La comida tuvo lugar en El Beso Beach.
Entre los invitados estaban Fiona Swarovski y su marido el político austríaco Karl-Heinz Grasser, a quienes no veía desde hace varios años.
El suizo Giovanni Mahler, ex marido de Fiona Swarovski, brindó por su socio Rui subido en la mesa.
Para finalizar, Rui, vestido con una camiseta Andy Warhol, nos dedicó una canción de despedida, con su potente bozarrón.
Gracias a haber sustituído el yeso por una férula lavable Exos pude darme un baño.
Fue todo un placer darme el primer baño después de mi accidente. Aunque saltar al barco y al embarcadero, con la fractura del pie, no fue tarea agradable.
Muchas gracias a Rui y Sofía. Y muchas felicidades.
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