Volé a Palma de Mallorca para reunirme con el empresario inmobiliario Matthias Kühn. En el aeropuerto me esperaba Carlos Batista, director del Pueblo Español, complejo turístico que gestiona el empresario alemán, donde tuvimos nuestra primera reunión.
Allí conocí a Kety Sierra, directora de marketing de Kühn & Partner. En la foto: Carlos Batista y Kety Sierra.
Nos sentamos en una agradable terraza del bar de la Plaza Mayor, antes de empezar el recorrido del Pueblo Español.
Este parque temático empezó a construirse en 1965, y es obra del arquitecto Fernando Chueca Goitia.
La reconstrucción, a escala, de los aproximadamente 100 monumentos, edificaciones, plazas y calles de este museo al aire libre se ha realizado con materiales de mucha calidad, y con muy buen gusto.
Esta "España en una píldora" permite al visitante conocer nuestro país sin salir de la ciudad de Palma de Mallorca.
En esta plaza, me llevé una grata sorpresa: Norma Duval, a quien no veía desde hacía varios años, apareció de repente acompañando a Matthias Kühn.
Tras dar un largo paseo, contemplando alguno de los más conocidos y típicos rincones de España, Matthias invitó a todo el grupo a comer en uno de los varios restaurantes del recinto.
Durante la comida me expuso sus ideas de futuro sobre la explotación del Pueblo Español y quiso conocer mi opinión profesional.
Me impresionó particularmente este patio al estilo de la Alhambra de Granada.
En este patio está ubicado uno de los varios restaurantes del Pueblo Español.
Para finalizar el recorrido, me mostraron el Palacio de Congresos, al que pertenece este anfiteatro al aire libre, que me gustó mucho.
El Palacio de Congresos, un edificio de estilo romano, es un centro de convenciones, donde pueden organizarse reuniones, exhibiciones o banquetes.
El Palacio de Congresos ofrece a las empresas y clientes todo tipo de facilidades y tecnología. En su terraza adjunta se organizan también importantes eventos.
Además de los restaurantes, pequeños negocios, tiendas de souvenirs y de artesanía popular, el Pueblo Español dispone de un moderno bar de copas para la noche, con chill-out, y una discoteca.
A media tarde, Matthias, Norma y yo, volamos en helicóptero a la isla de Tagomago.
El helicóptero despegó de Palma sobre las 5 de la tarde.
Mientras sobrevolábamos Mallorca, Matthias me fue explicando la obra que había realizado en Tagomago.
Tagomago tiene una extensión de unos 400.000 m2. A mis 18 años puse por primera vez un pié en esta isla. Era en los idílicos años de Ibiza.
Matthias Kühn ha tenido mucho mérito, pues si ya es muy difícil construir con calidad y tecnología punta en Ibiza, llevar a cabo una obra de esta envergadura en esta pequeña isla, a 900 metros de la costa, es un auténtico reto.
El helicóptero aterrizó a muy pocos metros de la casa.
Mientras bajaban sus equipajes, yo hice un recorrido por las amplias terrazas que rodean toda la casa.
Gracias a una desaladora Tagomago dispone de una buena piscina y de todo el confort necesario.
La isla de Ibiza está a muy poca distancia. Por suerte, en esa zona costera, no hay construcciones, y la vista es paradisíaca.
Matthias me quiso enseñar el embarcadero, y llamó para que subiesen a buscarnos con un cochecito de golf, con el que también visitamos el antiguo faro.
El color turquesa de las cristalinas aguas de este pequeño paraíso privado es espectacular.
Norma Duval nos esperaba para acompañarnos a visitar los interiores de la casa.
Empezamos por ver la cocina. Para el numeroso servicio hay una casa adicional.
Luego el comedor interior, que tiene unas vistas de postal en ambos extremos de la estancia.
Allí, Norma, nos sirvió unas torrijas que había preparado mientras estabamos en el embarcadero.
El salón es muy amplio, y puede abrirse completamente a la terraza y al jardín con la piscina.
Un perro muy simpático, pues no le escuché ladrar ni una sola vez, competía en gordura con los pufs de colores del salón.
Las 5 suites, dotadas de tecnología punta, tienen todas unas impresionantes vistas panorámicas.
Los cuartos de baño tienen todo lujo de detalles.
La paz y el silencio que se disfrutan en Tagomago se hacen aún más patentes al atardecer.
Antes de que anocheciese, tras despedirme de Matthias y Norma, y agradecerles el buen rato que me habían hecho pasar ese sábado, el helicóptero me llevó hasta Ibiza.
Matthias me autorizó para ofrecer a mis clientes la posibilidad de alquilar este pequeño paraíso para eventos, rodajes de cine o publicidad.
Con gusto me hubiese quedado a descansar todo el fin de semana en Tagomago.
Mientras el helicóptero se acercaba a la costa ibicenca, recordé que el domingo por la mañana tenía otra cita de trabajo, con los gerentes de "ISLEÑA", la cerveza de Ibiza.
Al llegar a casa encontré la invitación a la entrega de premios de la VIII edición del Concurso Bienal de Fotografía Purificación García. Casualmente aquel día llevaba un polo y un jersey de esa marca.
Fotos: Mac Media y Carlos Martorell.
6 comentarios:
Carlos:
Fenomenal reportaje de Tagomago.Supongo que debió ser todo un contraste recordar los tiempos en que allí existía un chiringuito gestionado por un Samaranch, creo recordar que comentaste en un anterior post.
Respecto al Pueblo Español,resido en Palma muy cerca de ese complejo y quiero acercarme un día a ver como sigue hoy en día.
Por allí está Pepe Oliver,(ex Babels,Club de Mar,D.P.P etc,etc)en funciones de Relaciones Públicas, si no me equivoco.
Un abrazo
P.D Que faena lo del robo de tus zapatos en la playa!!.
FERNANDOG: Jaqui Samaranch nos llevaba en su barco. El chiringuito era de Manolo Saénz de Heredia.
Creo que Pepe Oliver, buen amigo, está como RP.
Y si vas por allí pregunta de mi parte por el director Carlos Batista, o por Kety Sierra.Un abrazo!
Carlos no me puedo despistar, cada vez el blog tiene mas clase... alta pero clase jejeje.
Un abrazo,
SALV@: Muchas gracias!!! Un abrazo.
Recuerdo el Pueblo Español de Barcelona, no sabía que en Palma hubiera otro. Precioso el reportaje de Tagomago. Besotes, M.
MERCHE: El de Palma es mucho mejor, y algo más pequeño. Un abrazo.
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