He pasado 5 maravillosos días en Formentera. Esta pequeña isla me ha traído recuerdos de la Ibiza que viví hace ya muchos años, y espero que la preserven como está.
Sus aguas, cristalinas y de color turquesa, la hacen plenamente merecedora del Premio:
MARTORELL CON DIAMANTE
En busca de un lugar idóneo para retirarme a descansar del ajetreo social de una Ibiza marbellizada, visité varios apartamentos, hoteles y hostales.
Y, con todo el dolor de mi corazón, debido a la fealdad de sus pobres decoraciones y a la baja calidad de sus construcciones, debo otorgar a los propietarios formenterenses de esos establecimientos de medio pelo el Premio:
ZURULLO DE ORO
Hace 100 años, cuando Formentera era muy pobre y sin turismo, sus casas y sus muebles eran bellos por su austera y rústica sencillez. Pues la pobreza, paradójicamente, puede ser un buen estilista. Hasta que llega el dinero nuevo y arrasa con la belleza de lo sencillo y lo autóctono.
En Formentera solo hay unos tres o cuatro sitios decorados con buen gusto, y han sido hechos por un inglés, unos italianos (ver fotos en el siguiente artículo) y unos catalanes. ¡Una verdadera lástima!
Esta mediocridad comparte el ZURULLO DE ORO con la falta de cobertura de telefonía móvil en gran parte de la isla. Un grave problema.
Fotos:
Carlos Martorell. Y via Flickr: somma, Michael1448, Fr3ccia, alfret, Sheryl Tollenaar's, manolain, Mirror Scope.
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