Yo no tenía ni idea de esta celebración y paseaba tranquilamente por Udaipur. Me sorprendió ver que todas las puertas y negocios estaban cerrados, y que no se viesen mujeres ni turistas por las calles.
Unos días antes, había visto que, en todas partes, se vendían montones de polvos de multiples colores, y pensé que eran tintes para la ropa. Y también vi muchas hogueras.
Al poco rato vi aparecer una muchedumbre enloquecida, con la ropa y las caras coloreadas. Muchos iban borrachos como cubas, vociferando y lanzándose entre ellos, con mucha agresividad, esos polvos de colores que había visto y fotografiado en días anteriores.
Al poco rato vi aparecer una muchedumbre enloquecida, con la ropa y las caras coloreadas. Muchos iban borrachos como cubas, vociferando y lanzándose entre ellos, con mucha agresividad, esos polvos de colores que había visto y fotografiado en días anteriores.
Creí estar alucinando, o en una pesadilla de muertos vivientes. Las calles se llenaron de hombres. Aparecían por todas partes, y un grupo de unos 30 se abalanzó sobre mí, frotándome la cara y el cuerpo con esos tintes, y arrancándome la camisa.
Quedé cegado durante unos minutos, y estuve tosiendo durante mucho rato, pues me habían llenado la boca con aquellos asquerosos polvos. Creí que no lo contaba. Por suerte llegaron dos policías en mi ayuda.
Y luego me informaron: El Festival Holi marca el final del invierno. Se celebra desde tiempos inmemoriales, pero ha degenerado en una orgía de locos.
En el Shuleti, día siguiente a la quema de hogueras (holi significa quemar), las personas se abrazan y se desean happy holi, lanzándose y frotándose, unos a otros, el llamado Gulal y el Abreer. Lo que debería ser un gesto amable para celebrar el triunfo del bien sobre el mal, se convierte en una batalla campal en la que los hombres dan rienda suelta a la locura y el desenfreno.
Muchos van provistos de unas enormes jeringas metálicas con líquido coloreado. Otros lanzan globos llenos también de esos tintes. Incluso algunos lanzan cubos desde las ventanas sobre los enloquecidos transeuntes. No se libran ni las vacas sagradas. Las puedes ver de todos los colores.
No solo es una pesadilla eliminar esos tintes de la piel y del pelo. Esos polvos pueden ser muy nocivos pues se obtienen de componentes tóxicos, como el sulfato de cobre, el bromuro de aluminio, el óxido de plomo, o el sulfato de mercurio. Por lo que las consultas de los médicos se llenan después del Holi.Yo me apredí una lección: Eso de que el bien triunfa siempre sobre el mal es un cuento de colores.
Fotos: Carlos Martorell.
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