lunes, 29 de julio de 2013

UNA ENFERMEDAD DE MODA: LA NOMOPHOBIA.


Los psiquiatras ingleses, muy preocupados por la adicción al teléfono móvil, han bautizado esta enfermedad: NOMOPHOBIA (No Móvil Fobia), el miedo a quedarse sin móvil, sin comunicación, sin saldo, sin cobertura, sin batería, o a perder la tan preciada agenda del teléfono.
A nuestros abuelos les hubiese gustado tener un teléfono móvil, pero entonces no era posible.
En algunos lugares del tercer mundo el teléfono móvil no está aún perfeccionado.
Gracias al móvil, esta generación se ha ahorrado la lata de tener que ir a llamar a las cabinas telefónicas.
 Desde la más tierna infancia, esta generación utiliza el móvil.
Los niños sueltan el biberón para teclear o hablar por el móvil.
Por esta razón los psiquiatras ingleses han calificado de "nomophobos" a los pacientes adictos al móvil.
El móvil es más adictivo que el tabaco.
El móvil es más adictivo que el alcohol.
El móvil es más adictivo que las drogas sintéticas.
El móvil es más adictivo que la heroína.
Con los smartphones esta dependencia se ha multiplicado y se conjuga con la adicción a las redes sociales.
Muchas parejas se rompen por culpa de esta adicción.
La Nomophobia entorpece las relaciones sexuales.
El adicto al móvil no lo suelta ni en pleno acto sexual y no puede llegar al climax.
 Porque su verdadero amor es el teléfono móvil.
El adicto duerme con el móvil encendido junto a la almohada, por si le llaman o llega un mensaje.
La Nomophobia puede incluso producir insomnio.
Esta es una generación esclava del móvil.
¿Por qué se reunen los amigos si luego pasan todo el rato hablando y tecleando con el móvil?
 Enviar fotos forma también parte de la Nobophobia.
Y como los Whatsapps son gratis...
Los adictos salen de viaje y no se dirigen la palabra.
Los adictos no sueltan el móvil ni en la bañera.
Ni sentados en el WC.
Los adictos pueden tener un ataque de histeria debido a la falta de cobertura.
Esta imagen puede provocarles mucha ansiedad.
Si de repente el móvil se queda sin saldo al adicto puede darle un ictus.
Pero lo más grave es ¡¡¡PERDER EL MÓVIL!!! 
La busqueda puede resultar desesperante.
 La perdida definitiva del móvil puede llevar al adicto a la tumba.

Pasé unos días en Formentera, y me sorprendió ver que todos los turistas y veraneantes estaban en las playas sin soltar el móvil.
NOMOPHOBIA es una enfermedad mental que afecta a millones de personas. 
Debido a que los adictos andan desconcentrados por las calles, cada día hay más robos. 

En algunos sitios puede verse esta señal de prohibición. 
Es la señal más desobedecida del mundo.
Me imagino que el maquinista, que originó este catastrófico y mortal accidente, estaría despistado con su teléfono móvil.

viernes, 26 de julio de 2013

ESCAPADA AL SILENCIO DE FORMENTERA

Una noche antes de irme a pasar unos días a Formentera organicé una cena de amigos en NUBA.
 Esta es mi mesa favorita en NUBA.
 A la cena asistieron Filippo del Drago, Príncipe de Parrano y S.A.R. la Princesa Mª Gabriela de Saboya (así se escribe en español).
Mi tenedor extensible, especial para alcanzar el pica-pica en el centro de las mesas, tuvo mucho éxito.
Por este cómodo sistema le llegó una croqueta, a la boca, a Nanni Rondanini, ante la mirada de Rossetta Montenegro, y de Pinini Vender y Vanni Leopardi, Conde Leopardi di San Leopardo, que estaban al otro lado de la mesa.
Vanni es descendiente directo del famoso aristócrata, escritor y poeta Giacomo Leopardi.
Yo necesitaba desconectar unos días del ajetreo imparable de Ibiza, y me fui a Formentera a escuchar el silencio.
Fui invitado a quedarme en la casa de campo que alquilan Montse Roqué y Casilda Fernández Villaverde, que esos días estaba ausente.
Como invitado yo soy un verdadero chollo: barro, friego, pongo lavadoras, tiendo ropa y riego el jardín. (Me estoy entrenando para cuando me falte el trabajo de relaciones públicas).
 En Formentera me paso horas dentro de estas maravillosas aguas.
Un día comimos en PEOPLE, un mini-chiringuito francés muy agradable.
A las ocho de la tarde fuimos a ver la puesta de sol en BESO BEACH.
 Este bar-restaurante tiene mucho éxito a todas horas.
Allí encontré a Miguel Sancho. Yo no sabía que es el dueño, junto con su socio Rafa. Miguel fue muy amable y nos invitó a unos mojitos.
Después, Alvaro Roqué, su tía Montse y yo nos instalamos en la arena para ver caer el sol.
La puesta de sol, allí, es espectacular.
Por la noche cené, mano a mano con Montse, en CAN CARLOS.
Allí encontré a Fonsi Nieto, escapando también del bullicio de Ibiza.
Una desagradable chorizada relacionada con BALEARIA:
Me dicen que compre mi billete abordo. Pero que no me pueden vender un ida y vuelta (sospechoso...). Pago unos casi 26 €. (demasiado caro por mi edad...). Pido el billete y me dicen que me siente y que ya me lo darán a mitad de trayecto (super sospechoso...).
Reclamo mi billete a mitad de trayecto y me dicen que ya me lo darán a la salida (sospechosísimo...).
Cuando estoy bajando del barco nadie me da el tan caro billete. ¡¡Chorizada al canto!!
Si hacen estas chorizadas conmigo, que soy español, me pregunto que harán con los extranjeros. 
A España, convertida en un país de chorizos, del más alto al más bajo nivel, yo la llamo: URDANGALANDIA.
 Regresé a Ibiza por solo 10 €. en TRASMAPI.