viernes, 24 de diciembre de 2010

DIARIO DE MI VIAJE A BEIRUT


DOMINGO DIA 5.

Aterrizé en Beirut con 21 grados, después de pasar un frío pelón en un París cubierto por la nieve. Estuve en Beirut hace 42 años y no reconozco nada.


Me instalé en el Hotel Phoenicia, delante del mar, invitado generosamente por Georges Zard Abou Jaoude y su esposa Maha, que enviaron a uno de sus choferes a recogerme al aeropuerto.


Desde mi ventana podía ver el monumento al ex Primer Ministro Rafic Hariri, obra del escultor Anachar Basbous, ubicado en el sitio en que fue asesinado con una bomba.


Las medidas de seguridad en este hotel son muy severas. Yo pensé, ingenuamente, que me confiscarían los 8 paquetes de jabugo al vacío, que compré en Semon para mis amigos. Pero solo quisieron quitarme otro regalo: Una divertida pala de cortar pasteles, con pilas, que hace sonar el "Cumpleaños feliz", la "Marcha nupcial", el "Por ser un chico excelente", y el "Gaudeamus igitur". 


El turismo en Beirut es prácticamente árabe en su totalidad, y de muy alto nivel económico, pues llegan a Beirut para hacer grandes negocios.


Yo era uno de los pocos que no iba vestido con chilaba. Y me sorprendió ver a muchísimas mujeres totalmente tapadas y de riguroso negro. Pero con bolsos de Hermès, Gucci, Prada, etc. Y zapatos de las mejores marcas. Cuando llegan a sus habitaciones y casas, y se quitan esa "funda" negra y deprimente, van vestidas como cualquier fashion victim.  


Mi primer paseo fue por la famosa Corniche, lugar preferido por los ciudadanos de Beirut para hacer footing y pasear.


Luego fui a ver la Mezquita Hariri, cerca de la escultura Martyrs.


Por la noche cené con Georges y Maha en el "My Bar", invitados por el joyero Paolo Bongia y su esposa Isabel. Conocí a estos dos matrimonios libaneses en Ibiza. Me fueron presentados por Rafael y Eva Soldevila, y conectamos inmediatamente. La cocina japonesa del "May Bar" me pareció excelente.

LUNES DIA 6.



A las 11 h.,  Isabel Bongia vino a buscarme, y desayunamos en el Hotel Four Seasons.


Isabel Bongia, es una mujer muy bella, muy dulce y amable, y me llevó a callejear y a conocer algunas tiendas.


Me impresionó la tienda "Artisans du Liban et d' Orient".





En las paredes del "Grand Café" cuelgan los narguilés, que se fuman en todos los locales y restaurantes. 



Me encantó ver la presencia del arte catalán en Beirut. En esta céntrica plaza hay instalado un conjunto de esculturas de mi amigo Xavier Corberó.


Fotografié, también, el "Skyring" del artísta Lluis Lleó, barcelonés residente en Nueva York.


En Beirut, las marcas españolas están ubicadas en los mejores lugares, como esta tienda de MANGO.


Y muy cerca, y en perfecta ubicación, está ZARA.



ROSA CLARÁ es otra de las marcas españolas con presencia en Beirut.


Isabel me invitó (¡no me han dejado pagar en ningún sitio!) al mejor restaurante de cocina libanesa: "Karam".


Nos sirvieron los deliciosos mezze al sentarnos a la mesa, y luego nos dieron la carta para seguir pidiendo...


En "Things of the old days" me gustaron los muebles con incrustaciones de madreperla.




En "Assila" se encuentra ropa árabe de gran calidad y colorido para la mujer. 


Me gusto mucho el techo de esta tienda con caligrafías árabes.


En el llamado Down Town se concentran las mejores tiendas y marcas internacionales.



Imágenes como esta dan a entender que las religiones cristiana y musulmana conviven en el país.  


Por la noche, antes de ir a cenar a casa de unos amigos de los Zard, fui a conocer la espectacular residencia de Georges y Maha.


Allí estaban también su hija Sarah , y su famoso yerno, el músico y compositor Guy Manoukian.   


Guy me regaló una colección de sus CDs. y me presentó a su hijo Gio, de tan solo un año. ¡Gio tiene el carnet de socio del Barça!


Me gustó leer el artículo que Sierra Prasada dedica a Guy en el libro "Creative lives", en el que se retrata a los mejores artístas libaneses.

MARTES DIA 7 .

Con Maha Zard visité las impresionantes grutas de Jeita. Unas grutas de 700 metros de profundidad, con espectaculares estalactitas y estalagmitas, que parecen diseñadas por Gaudí.




En la galería inferior de las grutas de Jeita hay un rio subterráneo que recorrimos en una barca.



Luego, y de nuevo con mis dos matrimonios de amigos, almorzamos frente al mar en "Chez Sami", un buenísimo restaurante especializado en pescado y marisco.


Tras otro tremendo atracón, algo de lo que en este país uno no se libra, Maha, me hizo visitar "Zuk" un pequeño centro turístico con edificios de piedra. 





Antes de cenar en "Burgundy", tomamos una copa en este palacete de un amigo de los Zard, cuyo interior, repleto de antiguedades y techos artesonados, me impresionó.


El restaurante y wine bar "Burgundy" es uno de los mejores de Beirut, y me gustó mucho su diseño interior con bóveda de madera.


Luego fuimos a tomar una copa al bar del restaurante francés "Centrale". Me gustó el diseño y que, por medio de un mecanismo, el techo se pueda abrir y ver las estrellas.

MIERCOLES DIA 8.


¡Dia de mi cumpleaños!  Y empecé, de buena mañana, delante de mil platos. Porque el buffet del desayuno del hotel era pantagruélico.



Solo he fotografiado una cuarta parte de lo ofrecido, para no aburrir.


A las 12 h., los Zard me envíaron un coche para ir a Byblos, que en su más remoto origen neolítico fue un pueblo de pescadores (5.250 años antes de Cristo).


Byblos ha pasado por periodos egipcios, fenicios, babilonios, romanos y cruzados. Este es el Castillo de los Cruzados. 


La excavaciones de los últimos años han dejado al descubierto ruínas de casas, tumbas reales, sarcófagos, templos, pozos y murallas de distintas civilizaciones.


Al fondo, frente al mar, dominando sobre las ruinas, hay una antigua casa típica libanesa.



Seguidamente fui a conocer la joyeria "Paolobongia". Su propietario me propuso que le organizase un gran evento en Beirut.




Paolo Bongia me regaló un impresionante reloj con diamantes negros, y me mostró sus originales diseños. Todos ellos son piezas únicas.








Paolo Bongia diseña también unos preciosos relojes. Y, como era mi cumpleaños, me sorprendió regalándome uno con diamantes negros.

Todas las tardes, antes de las cenas, iba a nadar una hora al Spa del hotel. Y como auto-regalo de cumpleaños di una tremenda patada contra la pared de la piscina y me quedé cojo y con mucho dolor.


Después de cenar en la  impresionante casa del Sr. Rizk, un viudo amigo de los Zard, acabé en urgencias. Cuando me sentaron en una silla de ruedas, para llevarme a la sala de rayos X, pensé que me había roto un dedo del pie izquierdo nadando, por la tarde, en la piscina del hotel.


Por suerte no fue nada grave. De haber sido una fractura me hubiese "pegado un tiro", con esta pistola de diamantes que vi en un escaparate.

MIERCOLES DIA 9.


Georges Zard Abou Jaoude,  Presidente del Lebanese Canadian Bank, y muy importante constructor, me recibió en su despacho, y me hizo asistir a una reunión donde se discutía sobre un spot de publicidad del Banco.

Al terminar la reunión, y tras enseñarme sus nuevos proyectos de construcción (en el Libano no hay crísis del ladrillo), Georges me llevó al Down Town, una céntrica zona peatonal con edificios en color ocre.



En esta zona de todas las grandes marcas de Moda y joyería internacionales, pronto se inaugurará Tiffany.


Al mediodía Maha me llevó a un lunch, que daba Alia Idriss para ocho mujeres, en el restaurante "People", en un piso de los almacenes "Aïshti". En Beirut hay 5 mujeres por cada hombre. Y todas fuman sin parar. Después de comer, Maha me enseñó más sitios, calles y tiendas.
Me gustó mucho la tienda de perfumes, aceites y esencias "Abdul Samad Al Qurashi".
Maha me regaló, por mi cumpleaños, un par de perfumes, además de unos preciosos gemelos Paolobongia. Yo estaba abrumado.


Depués visitamos el conocido Hotel Albergo.


El Albergo es un simpático y confortable hotel con pocas habitaciones y una atmósfera muy casera.



Para terminar el recorrido, Maha me llevó a una sucursal de "Artisans du Liban et d' Orient", delante del mar. Me gustaron el pasillo de entrada, cubierto por una alfombra de olorosas hojas secas de laurel, y los enormes velones con forma de columnas romanas.


Allí redondeó mi regalo de cumpleaños, ofreciéndome una abaya y un pantalón típico libanesés. Su generosidad no tiene límites.


Era mi última noche, y los Zard me invitaron a cenar a "Da Giovanni". Giovanni, el propietario, es también dueño de la mejor pizzeria de Beirut: "Margherita".


Finalmente pude tener una foto con mis cuatro amigos: Paolo, Maha, Georges e Isabel.


Después de la cena habían reservado la mejor mesa en "Music Hall". Donde, tanto durante las actuaciones, como en los entreactos, todo el público baila y canta en sus palcos. Solo en Brasil he visto gente tan simpática, energética y deshinibida.


Alia Idriss, la divertida amiga de los Zard, que nos acompañaba, me sacó a bailar. Yo tuve que superar mi timidez,pues todos me jaleaban y daban palmas. (En mi muñeca puede verse el reloj que me regaló Paolo Bongia).



Acabamos la noche en BO18, un club underground con mucho ambiente, y un buen diseño arquitectónico. También aquí, el techo se abre como una nave espacial.


Y cuando se abría el techo, salía más humo que de un incendio. ¡Cuánto fuman!


En BO18 no cabía un alfiler. La gente bailaba, eufórica, encima de las mesas y asientos.  Nos repartieron boas de plumas, sombreros y globos, como si fuese una fiesta de fin de año.


A las 2'30 h., mis amigos se estaban divirtiendo, mientras yo pensaba que aun tenía que hacer maletas, y despertarme a las 6'30 h. para volar de regreso a Barcelona, via París.


A mi lado, un español bailaba muy animado. Resultó ser Juan Carlos Gafo, el embajador de España en el Líbano. Cuando le dije que en Beirut haría falta poner un PACHA, me pidió mi tarjeta.


En este viaje no he tenido tiempo de ir a ver el Templo de Jupiter, en Baalbek, ni dar un salto a Damasco, como hice hace 42 años. Pero en este viaje, y gracias a mis amables y generosos amigos, he conocido a muchas personas de la sociedad de Beirut, que tienen una envidiable vitalidad, y que me han acogido, y me han hecho sentir como un libanés más.
¡Muchas gracias!

Fotos: Carlos Martorell

17 comentarios:

Bell dijo...

Tenia una imagen errónea de Líbano, tu me has dado una preciosa y super apetecible .
Feliz Navidad Carlos, un cariñoso abrazo

FERNANDOG dijo...

Carlos:

Al igual que Bell, también yo tenía una idea equivocada de Líbano, yo te diría que siniestra, y mira por dónde, gracias a tu reportaje, como siempre impecable, me llevo una agradable sorpresa. Y no te ha faltado tiempo de darles ideas para publicidad, eventos, Pachas etc,etc..Genio y figura Carlos!!.

Un abrazo desde Mallorca, en un hotel rural, con Spa y evitando movidas de aeropuertos, hielo en aviones etc,etc..

Un abrazo!!

beatrix dijo...

Menos mal que existen tus crónicas para poder ver las maravillas que hay por todo el mundo. No todo es siniestro y belicoso en Oriente Medio.
Deseandote lo mejor para el próximo año.

Carlos Martorell dijo...

BELL: No es oro todo lo que reluce, en mi blog...
He sido muy benévolo con las imágenes de Beirut. Felicidades y un abrazo!

Carlos Martorell dijo...

FERNANDOG: Disfruta en el Spa. Aquí en Ibiza hace un frío de narices! Felicidades y un abrazo!

Carlos Martorell dijo...

BEATRIX:Tal como he dicho a Bell, os he enseñado lo bueno de la ciudad, que en realidad no es mucho. Lo que es fantástico es el caracter, la hospitalidad y generosidad de los libaneses. Felicidades y un abrazo!

Alba Blustein dijo...

Estimado Carlos: que interesante lo que ha publicado. Viendo las fotos no pude dejar de recordar la guerra entre cristianos maronitas y musulmanes que devastó al pais y cuyas secuelas aún continuan. El Líbano era un bastión occidental en Medio Oriente. En fin, las cosas han cambiado. Realmente las imágenes que ha recogido son muy bellas y sofisticadas. Me alegro que lo haya pasado tan bien
y que se haya sentido tan querido.Es un bálsamo para el alma.
Un fuerte abrazo

Alba Inés

Carlos Martorell dijo...

ALBA INES: La inseguridad es algo constante en el Líbano. Por eso no hay turismo occidental. Lástima, porque son muy amables y hospitalarios. Un abrazo.

Merche Pallarés dijo...

Vine a ver qué te pasaba porque hacía tiempo que no te leía y ¡vaya! me has dado un periplo por el Beirut vistoso. ¡Estupendo! Sabía, por los artículos de Maruja Torres, que los libaneses son MUY generosos, grandes anfitriones. Tuve una amiga libanesa en Toronto y su familia siempre me estaba invitando a comer, a cenar... Muy amorosos.
Me ha hecho mucha gracia lo de la pala para cortar pasteles... ¿Dónde la has encontrado? ¡Ah! y se te ve muy chic en la silla de ruedas... (Me alegro de que no fuera nada grave). A ver lo que nos depara el 2011. Te deseo todo lo mejor, querido Carlos. Muchos besotes, M.

Bea dijo...

Como Merche, mis referencias de Beirut las he recogido en los libros, artículos, etc de Maruja Torres. Como bien dices, en cuanto al carácter de la gente todos coinciden en el carácter y amabilidad de los libneses, aunque sinceramente, no me lo había imaginado ni por asomo como en tus fotografías! Cómo me gustaría visitar Byblos!!! Feliz Año nuevo. Que el 2011 continúe dándote muchos exitos! Un beso. Bea

Carlos Martorell dijo...

MERCHE: Estas cosa pasan!!! Me alegro de tener noticias tuyas. Un abrazo.

Carlos Martorell dijo...

BEATRIZ: Te deseo lo mejor para el 2011! Un abrazo.

MERCHE: Muy feliz 2011!! Un abrazo.

Anónimo dijo...

Querido Carlos,
Feliz 2011 y gracias por el itinerario de escaparates.
Un abrazo,
A!

Carlos Martorell dijo...

A: Gracias a tí y feliz año!

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Muy buen reportaje!!!

Carlos Martorell dijo...

CHEF PAUL: Muchas gracias! Este mes de septiembre pasaré unos días en Beirut. Saludos.